Los caballos de Samuel Smiths viven detrás del pub Angel & White Horse que se encuentra junto a la cervecería. Nuestros caballos son utilizados para hacer las entregas locales en Tadcaster y sus alrededores, cinco días a la semana.

Hay todo un mundo repleto de mística detrás de las puertas del patio del establo de la cervecería. Para quienes no estén acostumbrados, es un mundo lleno de imágenes, sonidos y aromas extraños. Para el jinete y sus caballos, es su hogar.

Quienes pertenecen a este mundo tienen vidas diferentes a las del resto de nosotros. Tanto en invierno como en verano, se levantan de la cama mientras la mayoría de nosotros seguimos profundamente dormidos. Lo que más llama la atención, a lo largo del día, es que sólo hay una cosa que realmente importa: la comodidad y el bienestar de los caballos en el patio de la cervecería.

Todo se hace en silencio porque así les gusta a los caballos. Los caballos son, después de todo, criaturas tranquilas. Cuando eran los reyes de las calles, en aquellas calles resonaban los sonidos de los cascos de otros caballos y eso era todo. El hecho de que puedan trabajar actualmente en las ciudades modernas es un homenaje a los hombres encargados de dirigirlos y cuidarlos. Todo lo que se lleva a cabo, se hace de acuerdo a una rutina, porque así les gusta a los caballos.

Sir Winston Churchill, el popular estadista británico, dijo: “Siempre he considerado que la sustitución del caballo por el motor de combustión marcó un paso muy tenebroso en el progreso de la humanidad”.

Durante la travesía en la carretera, el caballo es quien sirve al hombre. En el establo, es completamente al revés. El conductor del camión puede llevar su camión de regreso a la cervecería, detenerlo y volver a casa.

No así el jinete. Sus caballos dependen de él para la comida y el agua, una «cama» limpia para la noche y un arnés limpio para el día siguiente. Cuando están sucios y empapados de sudor, el jinete debe limpiarlos. Si les duelen las pezuñas, el jinete debe encargarse de que el herrero reemplace sus herraduras de acero. Cuando están enfermos, el jinete debe atenderlos. Finalmente, cuando estén viejos y cansados, el jinete debe darles su merecido retiro en algún lugar tranquilo del campo.

Cuando pienses en un buen jinete, dedicación es la siguiente palabra que tiene que venirte a la mente.